Han pasado los días de calma; practicamente me he dedicado a no hacer nada; estar tumbada en el sofá, tirarme en la cama acompañada del libro "Los buscadores de conchas", descubrir nuevos discos que tiene mi padre por casa, tales como Amaia Montero o La Oreja de Van Gogh (se nota que somos guipuzcoanos), comer comida casera y estar entre amigos tomando un tranquilo café viendo llover. También hemos tenido tiempo de catar distintas cervezas en la feria de Zarautz y de ser un poco culturetas descubriendo la exposición de Murakami en el Museo Gugenheim Bilbao.
Ahora con la calma de los días anteriores sigo con la tranquilidad en la oficina. Estos días la mayoría sigue de vacaciones, llamas a los sitios y nadie te responde. Los días transcurren descubriendo cosas, mirando quien pasa por la calle y escuchando tan solo el clic-clac de este teclado, el ruido del escaner o el de la pantalla. Y pensareis para poder escuchar eso el silencio ha de ser absoluto, y así resulta ser.
Pero en 3 días dejare el silencio para sumergirme en el ruido. Llegan las fiestas. Gora San Telmo!
1 comentario:
Pues hemos tenido planes paralelos... caseros, lluviosos, tranquilos...
Te envidio lo del Guggenheim, me apetece mucho... Para cuando vuelva a Bilbao este año a ver a mi amigo Red River.
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