miércoles, 5 de noviembre de 2008

Locura...

No sabéis muy bien lo que puede llegar a ser quedarse solo en la oficina unas horas. Te sientas en tu silla comienzas a trabajar y no hay tu tía de avanzar. Os cuento: 1. Llama un colaborador indicando que ya te ha mandado los artículos para el siguiente número. Le atiendes, te explica paso a paso todo lo que ha enviado, le confirmas que te ha llegado, hablas con el... Mientras te entra una mujer de unos 90 años en la oficina y se sienta en el despacho... 2. Cuelgas y atiendes a la mujer que te espera sentada en el despacho. Te empieza a contar que a su hijo no le llega la revista, que le faltaba por anotar el código postal. Le coges los datos bien. Pero la mujer no tiene ninguna gana de irse. Te cuenta que a los nuevos suscriptores se les da un regalo, que ella ha hecho uno nuevo, y que no le hemos dado ningún regalo, que ella quiere el que viene anunciado... Le explicas que su regalo es de otro tipo, ella erre que erre, le explicas otra vez, ella erre que erre, al final se da por vencida y te dice, ¡A mí una fachada más en la revista y me borro!, (fachada no de pared, si no de linea editorial...). Al final nos entendemos, le escucho con paciencia, le atiendo, termino contando de donde soy, me entero donde viven todos sus hijos y quienes son sus vecinos... Mientras suena el teléfono 3. Al aparato alguien a quien le han llegado dos facturas y demanda que hay algún error. Con paciencia lo atiendes y lo rebotas a la asesoría que lleva las cuentas. Y la mujer sigue en la oficina... De buenas maneras le acompañas a la puerta, la despides e intentas empezar a trabajar... (eso si antes le anotas el numero de teléfono de la oficina en el cartón de las medicinas...) 4. Te llama tu coordinador para saber que vas a escribir hoy en tú página del diario, no atinas a responder nada, no sabes ni donde tienes la cabeza! De buenas maneras quedas para hablar después, y decides mandarle la respuesta por e-mail. 5. Llama alguien que tiene que enviarnos unos datos para un artículo, quedas en que se le llamará después, (de paso te dice que menudo trancazo tienes, por la voz que escucha tras el aparato), al final quedas en darle el e-mail... 6. Llaman de un quiosco diciendo que les faltan revistas, que se les han mandado de menos... De todas las llamadas recibidas, solo me corresponde a mi una, pero es lo que tiene quedarse solo y atender a todos... Voy a pasar a cada cual su nota correspondiente con su llamada... Y en el fondo me ha caído bien la mujerica... (mientras escribo vuelve a sonar el teléfono...)

1 comentario:

XyTö_^^ dijo...

bfffff por un momento me he llegado agobiar hasta yo....
y si te pones un poco de musica relajante en ese minuto que no tienes ni llamadas ni nada??
un besitoo