miércoles, 10 de diciembre de 2008

El puentazo

En unos días he podido conocer gente de todo tipo, o quizás, más que conocer compartir habitación con personajes muy variopintos. El puente en Barcelona ha dejado muchas huellas que contar.
La economía no está para echar cohetes y menos sabiendo que es un mes complicado, las compras de navidad son un gasto añadido y para que estás no fuesen excusa para no podernos ir de puente optamos por ir a lo barato. Viajamos en tren a Barcelona de noche, ahorramos de ese modo una noche de alojamiento y una vez allí nos metimos en un youth hostel, Barcelona Mar, la mar de barato y muy bien situado, a un paso de las ramblas y de ahí con acceso a lo demás.
Pensábamos que nos alojaban en una habitación de cuatro y al ir tres teníamos la incógnita de quien sería el compañero. Pero no, por sorpresa estábamos en una de ocho y teníamos a cinco compañeros desconocidos. Uno dormía cuando llegamos, tenía toda la ropa tirada debajo de la cama, el resto se habían ido. Poco a poco nos fuimos conociendo, total que de 8, 5 éramos paisanos y tres guiris, dos chicas que no daban guerra y el tío que sobraba en la habitación (dormía de dia y vivía de noche y cuando volvía nos las liaba pardas, tenía toda la ropa mojada tirada bajo la cama, apestaba, encendía la luz mil veces y nos despertaba a todos, por su culpa no nos limpiaban la habitación… No falto la tentación de llenarle de pasta de dientes la cama o sacarle la ropa a la terraza…). A excepción del energúmeno, todo fue bien. Sin duda te encuentras con gente de todo tipo, viajeros solos, grupos, gente de todas las edades, nacionalidades e identidades, pero, todos con la misma intención, viajar, conocer sitios y conocer gente.
La ciudad
No es una desconocida para nosotros y de echo nos dedicamos más a callejear, observar, potear e ir de pintxos, vamos que nos pudieron nuestras costumbres. Cada vez que voy me gusta más y no es que tenga gran cosa, pero tiene algo especial, es una ciudad grande que se hace muy amena. Rencontré sitios por los que pasamos hace dos años, hasta la cafetería que nos resguardo del chaparrón. Y hasta tuve rencuentros con compañeros de clase que no veía desde hace años, allí te encuentras hasta al que menos te lo esperas, entre ellos al modelo de moda Ion Kortajarena en el Parque Güell en una sesión de fotos.
Y cuando ya le has cogido el callo a la ciudad y por donde pasar, donde tomar algo y que hacer, te llega la hora de volver. Eso sí, con las pilas bien cargadas, desconectados, cansados pero muy contentos y a esperas de volver, será para ver la Sagrada Familia sin andamios y por fin entrar al museo Picaso.

2 comentarios:

Paco Becerro dijo...

Recuerdo que me encantó la subida por el interior de las torres de la Sagrada Familia, hace ya un tiempo.

Tengo muchas ganas de volver a Barcelona, sobre todo si me guia alguien y me enseña su Barcelona.

Qué apetecible. Bien aprovechado el puente. Nosotros salimos el viernes con un amigo que vino desde Bilbao, y el resto del fin de semana estuvimos un poco setas en casa, recuperándonos del exceso.

Ay los años.

(También vimos la peli de James Bond Quantum of Solace, y nos pareció correcta, aunque el personaje está americanizándose y cada vez se parece más a Jason Bourne)

Íñigo dijo...

Vaya viajes tan estupendos, me alegro de que fuera tan, tan bien.
Íñigo